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La leyenda dice que para llegar al más allá, los mayas debían sortear numerosos obstáculos, incluidos ríos de sangre y cámaras repletas de cuchillos, murciélagos y jaguares.

Ahora, un arqueólogo que estudió testimonios de la época de la Inquisición cree que una serie de cuevas que exploró pueden ser el sitio donde los mayas trataron de reproducir ese tortuoso recorrido.

Se trata de una red subterránea de cámaras, caminos y templos construidos en la península de Yucatán y que reproducen el viaje al inframundo, o Xibalbá, descripto en antiguos textos mitológicos como el Popol Vuh, o Libro del Consejo de los indios quiché.

"El camino al inframundo, el camino a xibalbá, estaba lleno de obstáculos. Era un lugar de miedo, el lugar del frío, de peligro, de abismos", declaró el arqueólogo de la Universidad del Yucatán Guillermo de Anda.

De Anda investigó sitios sagrados mencionados por indios herejes juzgados por los tribunales de la Inquisición y descubrió que probablemente hubo varias etapas en el recorrido hacia el infierno, que fueron recreadas en media docena de cavernas al sur de Mérida, capital del estado de Yucatán.

Es bien sabido que los mayas consideraban las cuevas como algo sagrado y construían estructuras sobre algunas de ellas.

Pero el equipo dirigido por de Anda hizo un descubrimiento "muy importante" al usar archivos históricos para localizar y conectar una serie de cavernas sagradas, a las que asoció con el concepto de un camino maya hacia el más allá, según el arqueólogo Bruce Dahlin, de la Shepherd University, quien ha estudiado otros sitios mayas en el Yucatán.

La AP acompañó a de Anda y sus colaboradores en un recorrido de las cuevas, a las que se entre por estrechos ingresos. Una vez adentro, hay que deslizarse por angostos túneles y resbaladizas raíces de árboles.