En Chihuahua capital ya no necesitamos series de Netflix: la política local ofrece cada semana su propio episodio de suspenso, comedia involuntaria y tragedia institucional.
Arranquemos con Morena, que anda aplicando la dieta Sheinbaum: menos grasa política, menos nepotismo y, si se puede, menos descaro. Eso sí, a algunos les está costando trabajo bajarle al protagonismo. Andrea Chávez, senadora y activista full time de su propia imagen, salió este lunes a declarar con firmeza que ella no es culpable de la grilla interna en el partido… aunque admitió que "el poder se disputa". Qué alivio. Además, dijo que seguirá con sus caravanas en la capital, pero ahora sin su foto. No más promoción personalizada, solo brigadas con aroma a candidatura. La 4T se cuida… pero no se detiene.
Y si creías que eso era todo, prepárate para el momento de indignación nacional: la posible liberación anticipada de Hugo Amed Schultz, exalcalde panista de Chínipas, condenado por participar en el asesinato de Miroslava Breach. Apenas cuatro años en prisión y ya está haciendo maletas. Porque en este estado, parecería que hay más castigo por pegarle a una piñata del PAN que por ser parte del crimen que silencia periodistas. La justicia en Chihuahua es como las ofertas de supermercado: cambia cada quincena y siempre favorece a quien menos lo necesita.
Y cerramos con fuego. Literal. La Sierra del Mogote, una joya ambiental a las afueras de la ciudad, se incendió dos veces este fin de semana. Protección Civil confirma que fue provocado. El colectivo "Salvemos los Cerros" lo denuncia sin rodeos: quieren quemar el monte para urbanizarlo. Porque cuando no hay vegetación, es más fácil hacer fraccionamientos de lujo y decir que "ya estaba limpio". Qué casualidad que haya videos de tres sujetos iniciando el fuego y huyendo. Pero ya sabemos cómo se resuelve esto: con olvido, con permisos "extraordinarios" y con proyectos que florecen donde antes hubo bosque.
Chihuahua es un estado donde se reparten candidaturas como favores, se suelta a criminales confesos con media sentencia cumplida, y se prende fuego al cerro para que algún vivillo construya su desarrollo "ecológico" con vista al ecocidio. Y en medio de todo, los que gobiernan —y los que quieren gobernar— siguen creyendo que la ciudadanía no se da cuenta.
Pero sí. Nos damos cuenta. Y lo vamos a seguir diciendo, aunque les arda más que la Sierra del Mogote.