El presidente de EU, Barack Obama, expresó su apoyo a una reforma migratoria exhaustiva que abra una vía a la ciudadanía para los inmigrantes ilegales pero no se convierta en una "amnistía instantánea".
En un encuentro con votantes en la localidad de Costa Mesa, al sur de Los Ángeles, Obama afirmó que los inmigrantes ilegales que ya se encuentran en EU deben entender que "han violado la ley" y, por lo tanto, su camino a la legalización "no va a ser un camino de rosas".
Desde luego, insistió, "no va a ser una amnistía instantánea".
Los cerca de catorce millones de inmigrantes indocumentados que se calcula que se encuentran en EU, explicó, deberán pagar una multa, ponerse a la cola de quienes han cumplimentado el proceso de manera legal y aprender inglés.
"Una vez que hayan hecho todo eso habrá un camino hacia la ciudadanía", explicó el presidente estadounidense, quien insistió en que el proceso "sólo se aplicará si cumplen cada requisito".
La reforma que propone Obama es similar a la que se debatió en el Congreso en 2007 y que fracasó debido a la falta de apoyo del Partido Republicano.
El presidente estadounidense se reunió hoy con los congresistas hispanos en la Casa Blanca antes de emprender viaje a California, y les aseguró que está dispuesto a invertir "capital político" para lograr la reforma migratoria.
Obama se encuentra en California para una gira de un día y medio en la que busca promover directamente ante el público su mensaje económico.
La estrategia del presidente se ha visto perjudicada por el escándalo en torno a las bonificaciones de la aseguradora AIG a sus ejecutivos, por un total de 165 millones de dólares.