Hoy es 06 de Octubre de 2024

Desde que era un adolescente, Jason Barnes quería ser un baterista profesional, pero cuando perdió su brazo en un accidente pensó que su sueño había terminando. Ahora tiene una segunda oportunidad gracias a un nuevo brazo robótico.

Barnes perdió la mitad inferior de su brazo derecho hace dos años después de recibir una descarga eléctrica mientras limpiaba una campana de ventilación en un restaurante. El joven se negó a renunciar a su sueño y construyó un dispositivo de percusión rudimentario que unió a su brazo. Aunque no podía tocar como antes, logró matricularse en el Instituto de Música y Artes de Atlanta, Georgia.

Uno de sus instructores, Eric Sanders, le presentó a Gil Weinberg del Instituto de Tecnología de Georgia. El grupo armó un plan para construirle a Jason un brazo robótico que le permitiera tocar la batería como antes.

La semana pasada el adolescente probó el dispositivo y dijo "fue bastante impresionante. Si todo sale bien y se demuestra que es mucho más útil que la prótesis actual, definitivamente la usaría todo el tiempo".

En el laboratorio de Weinberg se construyeron anteriormente una serie de robots musicales independientes, Haile y Shimon. Ambos pueden escuchar lo que están tocando los músicos e improvisar ritmos de acompañamiento propios.

Para Barnes, el dispositivo necesita ser capaz de tomar las señales del cuerpo humano. El laboratorio diseñó una prótesis que utiliza una técnica llamada electromiografía que recoge las señales eléctricas en los músculos superiores del brazo. Tensando sus bíceps, el adolescente controla un pequeño motor que cambia la fuerza con los apretones de prótesis de brazo del palillo y la rapidez con que se mueve, habilidades vitales para un baterista.

Luego, los investigadores añadieron otro nivel de complejidad: una segunda pata en el brazo del robot que es controlado a través de su propio motor, utiliza un micrófono y un acelerómetro para detectar el ritmo que toca Barnes.

Jason y su prótesis harán su debut en un concierto en el Festival de Ciencia de Atlanta el próximo 22 de marzo.