Un cierre de antología, de esos que justifican haber sufrido la lluvia, el cansancio o el frío. Beck llegaba al Corona Capital con la etiqueta de estrella, de esas inalcanzables, que sin embargo usan la música para hacerse terrenales.
El estadunidense, en plena promoción de Morning Phase, su más reciente disco de estudio, llegó a México por primera vez en su carrera para cerrar con broche de oro las actividades del escenario Doritos, uno de los principales en el festival.
Miles se reunieron a su alrededor, sortearon charcos intransitables y vencieron el frío de la noche dominical, cantaron con él como si con ello saldaran una deuda que iba más allá de las dos décadas.
Beck, sobre el escenario, dejaba clara su capacidad de transformación. Sus canciones parecían entes que mutaban a su gusto. Tan sólidas como lo quisiera su dueño, uno de los multiinstrumentistas más aclamados de los últimos años.
Lo mismo Black Tambourine que Loser o Soul of a Man. Beck reinventaba sus propias creaciones.
La espera valió la pena
Jugaba con su música y hacía que la gente, miles que acudieron a su encuentro, se mantuviera en vilo, a la espera de las novedades de la noche.
Concluía la jornada dominical y Beck cantaba Billie Jean, de Michael Jackson. Hacía suyos incluso los clásicos que no le correspondían. El público aplaudía los caprichos de la estrella.
El set, de casi dos horas de duración, mantuvo a miles en vilo. Nadie quería perderse la presencia del estadunidense que coqueteaba con sus canciones, ofrecía extractos y las convertía en algo más.
Maestro de la actuación en vivo, Beck hacía válidas las expectativas. Cerraba la jornada dominical en alto a la espera de lo que Kings of Leon hiciera en el escenario Corona.
Se sabía triunfador, y así se fue. Aclamado por el público que espera su pronto regreso.
Lluvia y lodo en memes
Damon Albarn Eufórico reencuentro
El británico conquistó a sus fans con su música, su español y cantando sus éxitos en medio de ellos pese a la enlodada pista.
Pasó poco más de un año para que el compositor y cantante británico Damon Albarn se reencontrara con sus fans mexicanos. Después de que en 2013 se presentara con Blur, ahora la quinta edición del Corona Capital 2014 fue el festival testigo de la presentación de su primer material como solista: Everyday Robots.
En punto de las 20:10 horas, el escenario Corona Light se iluminó y los asistentes –sin importar el lodo, los charcos o la gran pelota de Audi que botaba al paso– aceleraron su andar para llegar lo más cerca posible del artista.
"Buenas noches", lanzó en español Albarn arrancando los gritos de los presentes y agregó: "es lindo estar de vuelta", tras interpretar Spitting Out The Demons y Lonely Press.
El tema que da nombre al álbum colocó al británico al piano, mientras la gente se mecía en un cadencioso vaivén. La particular nostalgia de la voz de Albarn fue dando vida a temas como Tomorrow Comes Today –de Gorillaz, uno de sus proyectos musicales– y Slow Country con la que decidió bajar a saludar a su público y cantar en medio de ellos, donde recibió un obsequio. "Gracias por la piñata", dijo.