Rusia demandó hoy a Ucrania ante los tribunales internacionales por el impago de una deuda de 3 mil millones de dólares, una muesca más en el permanente conflicto entre ambos países.
Lamentablemente, Ucrania demostró que no estaba dispuesta a entablar negociaciones en un espíritu de buena voluntad, a lo que le exhortamos no sólo nosotros, sino también el Fondo Monetario Internacional (FMI)", dijo el ministro de Finanzas ruso, Anton Siluanov.
Por ello, agregó, "la única solución a este asunto era acudir a los tribunales, que es lo que hemos hecho".
Este contencioso tiene mucho de político, ya que Moscú concedió a Kiev dicho crédito en diciembre de 2013, después de que Ucrania renunciara a firmar el Acuerdo de Asociación con la Unión Europea (UE) y apostara por restablecer plenamente las relaciones comerciales con su vecino del norte.
Esa decisión del Gobierno ucraniano provocó una ola de protestas que desembocaron en violentos disturbios y en el derrocamiento en febrero de 2014 del entonces presidente, Viktor Yanukovich.
Las nuevas autoridades acusaron entonces al Kremlin de intentar comprar voluntades con la concesión de ese crédito y, una vez el país estuvo al borde de la suspensión de pagos, se negaron a devolver el préstamo.