"Juan Camilo, Arcadio, están en las manos de Dios, no sientan miedo, que su herida sea sanada por esta realidad. Juan Camilo está en buenas manos. Arcadio está en buenas manos, en las mejores manos. Las manos de Dios son mejores que las nuestras", remarcó Ramón Castro Obispo de Campeche al ser depositadas las cenizas del secretario de Gobernación Juan Camilo Mouriño en una cripta de esa Catedral.
En la homilía, el obispo hizo ver que Juan Camilo y Arcadio dieron su vida por sus ideales y porque tenían convicciones, "no eran perfectos, pero dejaron un ejemplo", e hizo ver que ya no están en cuerpo presente, "pero sus ideas, su trabajo, su entrega y su amor, eso vivirá".
Era el preámbulo del último adiós al esposo, al hijo, al hermano, al padre, cuyas cenizas serían depositadas minutos después en el nicho F-12 de la zona de criptas de la misma Catedral de Campeche, en una ceremonia a la que sólo ingresó la familia.
En Campeche, fue un día largo, de espera, de impaciencia, pero también de solidaridad, de apoyo y ánimo, que se reflejaron en los centenares de personas que se dieron cita, que ofrecieron sonoros aplausos tanto a la llegada como a la salida de los deudos.
Al inicio de la ceremonia religiosa, las cenizas fueron colocadas en una mesa donde se encontraba una foto del desaparecido secretario de Gobernación, de su colaborador, y una bandera nacional, que al final fue retirada y ofrecida a la familia.