Entre noviembre de 2008 y febrero de este año, la Cámara de Diputados renovó 44 vehículos asignados a los presidentes de comisiones, quienes ya estrenan un Chevrolet, Optra 2009, con valor de factura de entre 150 y 160 mil pesos.
Con el argumento de "ahorro de procedimiento", el Comité de Administración de San Lázaro conformado por un representante de cada partido, y que actualmente preside el PRD, decidió que por cada reporte de descompostura mayor de 30 mil pesos o choque, se renovaría el vehículo.
Y es que los procedimientos burocráticos de la Cámara baja indican que se tienen que licitar talleres mecánicos, además de que el erario paga cualquier necesidad de los vehículos asignados a los legisladores, desde el seguro de protección, hasta la gasolina, llantas, servicios, balatas o cualquier otra necesidad.
En 2006, la pasada legislatura en San Lázaro adquirió automóviles Nissan, Sentra para por lo menos 100 diputados federales; esos carros, en tres años, los reportaron ya como inservibles, chocados o viejos.
En un recorrido por el estacionamiento del sótano —exclusivo de diputados y altos funcionarios de San Lázaro— se ubicaron por lo menos 13 autos Optra del año con placas ya en letras V y W del alfabeto, que evidencian su reciente modelo. Los legisladores están a sólo seis meses de dejar sus curules.
EL UNIVERSAL publicó desde julio de 2008 las primeras adquisiciones de los Optras y de camionetas Jeep Patriot para las comisiones de Asuntos Indígenas, de Agricultura y de Desarrollo Rural, con el pretexto de requerir autos especiales para las zonas rurales.
También la solicitud en octubre pasado del presidente de la Mesa Directiva de la Cámara baja, César Duarte (PRI), para renovar el parque vehicular, especialmente su camioneta Suburban; ayer, en un comunicado, el priísta se deslindó de la compra de autos nuevos. "Consciente de la situación económica que enfrenta el país, se suma a las medidas de austeridad, lo cual implica no renovar el parque vehicular", señala el legislador.