No solamente su música es escuchada en todo el mundo, sino que también Manu Chao se ha convertido, sin quererlo, en un activista social que lucha por resolver los conflictos que afectan a la humanidad, los cuales, en su propia voz, los ha conocidos por su curiosidad en la vida, como fue el caso de Atenco, Ocotlán y Ciudad Juárez.
El cantautor, entre conciertos improvisados, conferencias de prensa y visitas a comunidades, fue invitado por los organizadores del Festival Internacional de Cine en Guadalajara para que presentara una selección de cintas elegidas por él mismo, en una sección llamada “Cinelandiaâ€.
Manu dejó en claro que está interesado en hacer algo referente al asesinato de las mujeres en Ciudad Juárez. “Claro que quiero hacer algo con el problema de las mujeres de Juárez, hay tantos conflictos en el mundo que aunque dediques todo tu tiempo te faltaría. Evidentemente el caso es terrible; yo no conozco el lugar, pasé de largo por ahí, pero algún día llegaré a Ciudad Juárezâ€.
Además de su participación en eventos con tinte político, el artista también comentó sentirse cerca del pueblo mexicano. “De pequeño lo que más recuerdo es a Cantinflas, a pesar de que me crié en Parísâ€, y la cinta que más le impactó fue Los olvidados, de Luis Buñuel, que eligió para la sección que presentó en el festival.
Declaró no definirse en ser o no un activista social, “simplemente lo que tengo claro es que vivo en un mundo que no me gusta y cada que veo que hay problemas y problemas, entonces, de cierto modo, en la vida quiero ser feliz, así que la felicidad tiene que ser para todosâ€.
El músico, que hablaba tranquilamente, compartió también que nunca se atrevería a ser director, ya que lo considera muy pesado y difícil, pero lo que sí hace y le apasiona es escribir guiones, y relató parte de uno, en el cual narra la historia que hizo a partir de la pregunta que le hizo a un hombre: “¿qué era lo que hacía parado en un puente de Suiza?â€. “Me contesto: ‘soy el vigilante, ya que es un punto de moda para que las personas vengan a suicidarse’. Nunca volví a ver al hombre. Me fui a vivir a Madrid y escribí esta historia, que aún no tiene final, pero tengo uno en el que llegarán todos los suicidados en un metro inmenso, a pararse el Día de Muertos en el DF en la estación Barranca del Muertoâ€, comentario que terminó con una gran carcajada.
“Aprendí una lección: cuando comienzas a escribir lo más importante es que ya tengas el final, porque si no nunca acabaâ€, puntualizó.
Chao promueve una campaña activista llamada Libertad y justicia para Atenco, la cual pide la liberación de presos condenados a más de 100 años de cárcel, sólo por defender sus tierras. “El caso de Atenco fue un encuentro casual y es una cosa terrible, pero ya conociendo a las personas, visitando la cárcel, me siento como dentro de la familia. Hay miles de temas y luchas, haremos muchas cosas para que la justicia llegue prontoâ€, declaró.
Su participación en el FICG fue un deseo de años que tenía el cantante. “Tenía en la mente mi cassete, la selección de películas, de cosas que me han pasado y pensé algún día llevarlo por los caminos; algo como una gira ambulante. A este proyecto siempre le había llamado Cinelandia y el festival me dio la oportunidad de hacerloâ€.
El autor de “Me llaman calle†también dijo que los personajes a los cuales les compone una canción no necesitan ser famosos y que no importa si conoce o no al Subcomandante Marcos, lo que sí dejó en claro es que en varias ocasiones hubo palomazos dentro del territorio zapatista.