Después de revisar paquete económico aprobado por el H.Congreso Mexicano, han habido muchos pronunciamientos por los parte de los representantes de los partidos políticos, de gobernadores, de presidentes municipales y de la iniciativa privada de México. Y veremos un nuevo desfile de gobernadores que pasarán por la capital de la República Mexicana; como en los viejos tiempos del centralismo, para tratar de encontrar, en la Secretaria de Hacienda, en la Presidencia o en el senado una forma de hacer cabildeo y jalar mas dinero dentro de la limitada cobija del presupuesto para su ropio estado.
Y aquí es cuando muchos de ellos, que nisiquiera han reconocido al Presidente como lo que es, y que no han hecho nada para reunirse con él para confrontar los sesgos que ha dejado una crisis generalizada y una crisis interna, en consecuencia de sus mismas decisiones fatídicas, ahora sí exigen que se les destine un mayor presupuesto para sus administraciones.
Sin duda, al que mas le está pegando la estridencia es claramente a Marcelo Ebrard, quien se ha dado cuenta de que con ésta restricción presupuestal de una Ley de Ingresos de la Federación, acotada y con márgenes políticos cada vez mas reducidos, es mucho menor de lo esperado. Y todo esto se verá limitado, justamente por haber sido tan resistente a reconocer al Presidente como lo que es, y seguir apoyando a un personaje de izquierda que vive de un presupuesto extralegal, que pagamos de nuestros impuestos, y que perdió por la misma vía democrática con la que Marcelo ganó.
No vaya a ser que sucedan cosas como en Venezuela, en el que el Presidente Hugo Chávez ya se presupuestó seis veces más sus gastos personales para el siguiente año, cuatro días después que dijera a los venezolanos la necesidad de austeridad en ése país. Nada mas 2.7 millones de dólares asignados para gastos de alimentos y bebidas; 264 mil dólares en prendas de vestir; 18,500 para calzados; 138 mil para la adquisición de revistas y periódicos; 145 mil para productos de tocador (jabón, champú y otros productos de higiene personal), y 405 mil dólares para servicios de lavandería; entre muchísimos mas.
O nos limitamos con el gasto, o simplemente éste país no crece, al final de cuentas todo se traduce de política en dinero.
Gerardo Salazar