Hoy es 06 de Octubre de 2024

¿Estimado? Diputado,

Hoy me decidí a escribirte por que soy una inconforme, y me atrevo a tutearte por que no te considero más instruido, ni más instruido o siquiera más civilizado que yo. Posteriormente, las pruebas confirmarán lo que sostengo.

Antes, aspiro a hacerte comprender que la causa que me motivó a redactar esta carta fue la intensa cólera, pero sobre todo, la dolorosa impotencia que me aflige día con día. Me indigna que con una considerable parte de mis ganancias yo tenga que mantener un sueldo desmesurado que no te mereces; así como tus caprichos, tus viajecitos, tu celular, tu gasolina, y prefiero no proseguir por que de hacerlo tendría que suponer lo que tú y tus compañeros burócratas gastan en todo lo que su mayúsculo ingenio les autorice fantasear … Bien podrías utilizar el dinero que recibes de mi contribución, de la del campesino, el maestro, el albañil, el empresario y de cada uno de los mexicanos que componemos este país para emplearlo en nuestro beneficio… Quizá esto te sea difícil de digerir, lo sé, pero debes entender que ese dinero no sale de mi bolsillo para pagarte el hotel de cinco estrellas, el Rolex o el Armani. A diferencia tuya, yo sí trabajo todo el año y mi patrimonio es el fruto de la batalla diaria, de la búsqueda incesante de mejores oportunidades para un futuro distinto.

Yo voté por ti, creí en tu integridad y en mi inocencia llegué a comprar la imagen que me vendiste ¿Te acuerdas? No hace mucho tiempo, proclamabas ser un individuo decente, justo, desinteresado y comprometido con el pueblo mexicano, con el país doliente, con el ciudadano mancillado. Convenientemente tú ya desconoces esos remotos y lejanos días de campaña en los que interpretabas como buen histrión tu papel de Mesías, de salvador dispuesto a entregar cuerpo y alma en la arena, de anteponer mis intereses a los tuyos e ineludiblemente, a los de tu partido.

Como antes lo manifesté y ahora lo defiendo, no sospecho de tu estupidez, por el contrario, creo que eres tan astuto y calculador que has lucrado durante todo este tiempo en un negocio en el cual tu función se limita exclusivamente a alzar la mano cuando así se te ordena, pero ya vez que esa faena hasta el más necio la puede ejecutar. No obstante, eso ya no lo admitiré, no estaré dispuesta a tolerar uno más de esos insultos que ustedes titulan "Reforma política", porque insisto, tú dominas mejor que nadie el lenguaje enmascarado, los falsos cambios, las promesas disfrazadas.

La coyuntura actual reclama de todo tu empeño, las circunstancias exigen que no te tomes tu vital función a la ligera, que te involucres enteramente en la evolución que el país exige y que reivindiques la profesión que desempeñas, puesto que de no hacerlo los ciudadanos no toleraremos una burla más a nuestro intelecto. El pueblo no está dispuesto a soportar más tu abandono, la indignación colectiva se intensifica y ya va siendo tiempo de que despiertes y retires la venda de tus ojos.

Antes de aprobar la Reforma Política, te exijo que empieces por lo más elemental; que tú y los demás se disminuyan el salario que reciben y a su vez, reduzcan el número de diputados que salgan sobrando. Asimismo, solicito que recorten los fondos que les asignan a los partidos por que lo que los ciudadanos merecemos es un mínimo de respeto.
Es cuanto.
Stephanie Dubar Galindo