Su travesía inicia en el Río Suchiate, en la frontera entre Guatemala y Ciudad Hidalgo, Chiapas. Son menores centroamericanos que pagan 20 pesos mexicanos o 10 quetzales para cruzar en una balsa y enfilarse hacia Estados Unidos.
Es el éxodo de niños que ya se convirtió en una emergencia humanitaria. La mayoría huye de la violencia que hay en sus países por la presencia de la Mara Salvatrucha, otros buscan reencontrarse con sus padres.
"En un 60 por ciento de todos los menores que vienen es de Honduras, pero vienen sobre todo por la extorsión", informó el padre Ademar Barilli, director de la Casa Migrante Guatemala.
Los niños tratan de llegar por todos los medios al municipio de Arriaga, donde el tren conocido como La Bestia los llevará a los límites con Estados Unidos.