Dos jóvenes chinos destrozaron un Lamborghini y un Ferrari durante una carrera clandestina por las calles de Pekín, justo el mismo día en que se estrenó en el país asiático la película "Rápido y Furioso 7".
El accidente, cuyas imágenes se volvieron virales en internet, ha provocado una nueva polémica sobre los dueños de coches de lujo en China.
Los vehículos involucrados, un Lamborghini Gallardo verde manzana y un Ferrari 458, quedaron reducidos a fierros retorcidos y estaban valorados en 12 millones de yuanes (alrededor de 29 millones 240 mil pesos mexicanos).
El caso es similar a otro accidente ocurrido en 2012 y que provocó un escándalo en la política local, cuando se descubrió que el conductor, muerto en el percance, era el hijo de Ling Jishua, mano derecha del ex presidente chino Hu Jintao. Dentro del vehículo, un Ferrari, se encontró a dos jóvenes gravemente heridas, y una de ellas desnuda.
Este nuevo choque ha vuelto a generar controversia entre la sociedad china sobre la corrupción de los altos cargos comunistas y el comportamiento desbocado de sus hijos.
"El socialismo es tan bueno que permite a personas desempleadas manejar autos de lujo", escribió el lunes una internauta en Sina Weibo, el Twitter chino.
¿Cómo se llaman? ¿Quiénes son sus padres?", se cuestionó otro usuario.
Los conductores responsables del accidente, que salieron ilesos, son dos jóvenes de 20 años que actualmente no tienen empleo, según la prensa local.