Si en América Latina y el Caribe en 2020 la economía tuviera una caída del 5.0 %, que es muy probable, las personas en pobreza extrema pasarían de 67.5 millones a 82 millones, 14.5 millones más, según la CEPAL.
Y si a esto se añade que las personas vieran reducido su salario en tan solo 10.0 % la pobreza extrema llegaría a 90 millones, que serían 22.5 millones más de las que existen ahora.
Para hacer frente a este panorama los países de manera urgente deben adoptar políticas públicas que protejan a las empresas y a los hogares.
La CEPAL en el informe América Latina y el Caribe ante la pandemia del Covid-19, efectos económicos y sociales señala que México es uno de los países más atrasados de la región con relación a las medidas económicas, para sortear los efectos del Covid-19.
Al inicio de abril México había tomado solo dos medidas mientras que Chile 27, Brasil 22 y Argentina y Perú 20 cada uno. En relación a las medidas económicas México está en el mismo nivel que Haití, Honduras, Surinam, Jamaica, Bahamas y Surinam, sostiene la CEPAL.
Para enfrentar la crisis Chile ha destinado el 4.5 % del porcentaje de su PIB; Brasil, 3.5 %; Trinidad y Tobago 3.5 %; Paraguay, 2.5 %; Honduras, 2.2 %; Barbados 1.4 %; Jamaica, 1.0 %; Guatemala, 1.0 %; Perú, 0.8 %, Uruguay, 0.7 %; Bahamas 0.2 %. El porcentaje de México está por debajo del último de estos países.
Los gobiernos, dice la CEPAL, deben tomar dos tipos de medidas: Unas dirigidas a las empresas, para evitar que desaparezca la planta productiva y otras a los hogares a través de ingresos de emergencia.
Algunas de las medidas que han asumido los países de América Latina y el Caribe, que sí han actuado a tiempo son: Reducción de impuestos, estímulos fiscales, aplazamiento al pago de impuestos, créditos industriales, regulación de productos sanitarios y control de precios.
En versión de la CEPAL, México sería una de las economías más afectadas de la región y podría caer entre 3.8 y 6.0 % mientras que el resto de la región entre 3.0 y 4.0 %.
Ya hay bancos y corredurías que estiman la caída de la economía mexicana entre el 7.0 y el 8.0 %, que es una proyección todavía peor a la que lanza la CEPAL.
El domingo cinco de abril, el presidente, en un informe convencional y anodino, evitó hacer frente a la crisis en el marco de un plan emergente extraordinario. Solo frases con buenas intenciones, pero ninguna medida concreta. Seguramente la CEPAL y otros organismos pronto algo dirán.
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