Hoy es 20 de Mayo de 2025



Este fin de semana, la presidenta Claudia Sheinbaum visitó Baborigame, en el corazón de la Sierra Tarahumara, para entregar tierras a pueblos originarios. Un acto profundamente simbólico, cargado de justicia histórica y de mensaje político. Pero en la foto oficial del evento, hubo una ausencia que no pasó desapercibida: la silla de la gobernadora Maru Campos quedó vacía.

El Gobierno del Estado justificó la falta de la mandataria con un escueto "problema logístico". Lo que no aclararon fue si el obstáculo fue técnico… o de prioridades. Mientras Sheinbaum se internaba en la sierra para estrechar manos rarámuri y cumplir promesas de tierra, Campos abandonaba el evento antes de que comenzara. El territorio es el mismo, sí, pero las rutas políticas, claramente, no lo son.

En el escenario, la ausencia estatal contrastó con la presencia visible de figuras federales. Ariadna Montiel, secretaria del Bienestar; el diputado local Cuauhtémoc Estrada, líder morenista en el Congreso; y Brenda Ríos, cercana al equipo presidencial y pieza clave en la estrategia territorial de la 4T en Chihuahua, ocuparon sus lugares. Porque cuando se trata de justicia agraria y presencia en el territorio, el gobierno federal no deja vacíos… los llena.

Y mientras esto ocurría en lo profundo de la Sierra, otra crisis se agudiza al norte del estado: el gusano barrenador ya provocó el cierre de la frontera estadounidense al ganado chihuahuense. Las pérdidas para los productores se cuentan en millones. La urgencia es evidente. Pero desde el gobierno estatal, la reacción ha sido tibia, distante. ¿Alguien ha visitado ya los ranchos afectados? ¿Alguien ha dado la cara frente a los ganaderos que ven cómo se colapsa su economía?

La desconexión es clara. La ausencia en la Sierra y el silencio ante la crisis ganadera no son hechos aislados: son síntomas de una misma política desentendida. No es un tema de helicópteros ni de protocolos. Es, sobre todo, una cuestión de voluntad.

Porque cuando una presidenta camina entre comunidades y una gobernadora toma el camino de regreso, el mensaje no es de colaboración, es de distancia.