El presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, asistió a la capilla ardiente dónde se da el último adiós a Silvia Vargas, hija de Nelsón Vargas, ex director de la Comisión Nacional del Deporte luego de que fuera asesinada por sus secuestradores.
El titular del Ejecutivo federal, llegó acompañado por su esposa Margarita Zavala, y se retiró después de 15 minutos en medio de un operativo de seguridad que incluía 15 vehículos y decenas de elementos del Estado Mayor Presidencial.
Hasta la capilla Lorraine del Panteón Francés arribó también María Elena Moreira, titular de México Unido contra la Delincuencia, así como otras personas, principalmente amigos y familiares de la familia Vargas Escalera.
El sacerdote Mario Contreras Martínez aseguró que si la misa se hubiese oficiada en el Zócalo capitalino se habría llenado, porque los mexicanos son solidarios ante el dolor y la injusticia.
