El líder de izquierda Andrés Manuel López Obrador se presento la tarde de ayer ante varias decenas de miles de personas para cargar contra el Gobierno por su decisión de cerrar la empresa eléctrica pública Luz y Fuerza del Centro (LyFC) bajo los argumentos de que es poco eficiente y muy costosa.

En un multitudinario mitin frente a la Cámara de Diputados, el ex candidato presidencial brindó su apoyo al Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), tras la decisión del presidente Felipe Calderón, materializada el sábado en la toma de oficinas de la compañía por la Policía Federal.

"Detrás de este asaltó", dijo, "están los intereses de Carlos Salinas de Gortari" y "de otros buitres que pretenden desnacionalizar a la empresa pública".

López Obrador se centró en denunciar que el escaso rendimiento económico de la empresa pública se debía no a la baja productividad de los trabajadores, sino a las políticas de compra de energía, e instó a crear una comisión legislativa investigadora.

El izquierdista acusó a la dirigencia de LyFC de comprar la energía en bloque y en condiciones desventajosas a la otra eléctrica pública, la Comisión Federal de Electricidad (CFE), que a la vez compra el 35% del total de la energía que se consume en el país a empresas extranjeras.

LyFC abastece de electricidad a unas 25 millones de personas en la capital mexicana y 82 municipios de estados próximos, en el centro del país.

Después subió al estrado el líder del SME, Martín Esparza, cuya victoria en los comicios sindicales se negó a aceptar el Gobierno por considerar que las elecciones estuvieron llenas de irregularidades.