Crimea cerró hoy los colegios electorales tras la celebración de un referéndum separatista en el que hubo una participación superior al 80 por ciento. Según un sondeo a pie de urna difundido por los medios rusos, un 93 por ciento de los votantes optó por la anexión a Rusia.
De acuerdo a los datos difundidos por el canal ruso "Rossia 24", sólo el 7 por ciento del censo electoral votó en contra de la unión con la federación rusa para permanecer en Ucrania con una amplia autonomía.
Tras el cierre de los colegios electorales, la comisión electoral informó de que la participación fue superior al 80 por ciento de los 1,5 millones de personas con derecho al voto.
En la ciudad de Sebastopol, donde tiene su base la flota rusa del Mar Negro, y con un estatuto especial, la participación alcanzó el 85 por ciento.
En Simferópol, en la plaza de Lenin, frente al edificio del Gobierno crimeo, centenares de personas celebran por adelantado la victoria de la reunificación con Rusia ondeando banderas tricolores rusas y crimeas, mientras tiene lugar un concierto.
Los representantes de la comunidad ucraniana acusaron a las autoridades separatistas de fraude y la minoría tártara boicoteó la consulta.
Con todo, será el Parlamento el que deba refrendar mañana, lunes, los resultados de la consulta popular durante una sesión extraordinaria.
A partir de ese momento, la república autoproclamada independiente se dirigirá al presidente ruso, Vladímir Putin, para que acepte a Crimea en el seno de la Federación Rusa.
Crimea siguió adelante con el referéndum pese a que el sábado la Rada Suprema de Ucrania disolvió el Parlamento separatista, que convocó la consulta y aprobó esta semana una Declaración de Independencia.
Estados Unidos, la Unión Europea y la gran mayoría de la comunidad internacional ha asegurado que no reconocerá los resultados del referéndum separatista y mantienen su defensa de la integridad territorial de Ucrania.
Rusia, que vetó una resolución de condena del referéndum separatista en el Consejo de Seguridad de la ONU, asegura que respetará la opinión de la mayoría en la península conquistada por el imperio ruso en el siglo XVIII.