Más de 500,000 ciudadanos huyeron por temor a que los militantes extremistas arrasaran con Mosul, la segunda mayor ciudad de Iraq, señaló el miércoles la Organización Internacional para la Migración (OIM).
Los equipos de la organización han estado atentos a la situación de las personas que quedaron atrapadas en medio del ataque; el grupo señaló que la violencia había "causado una cantidad elevada de víctimas civiles".
Los combates impedían el acceso a los cuatro hospitales principales de la ciudad del norte de Iraq y se adaptaron algunas mezquitas como clínicas, señaló la OIM.
Quienes huyen de los combates, a pie o en vehículos, llevan todo lo que pueden en bolsas de plástico y se dirigen hacia el este de la ciudad o buscan refugio en otras partes de la provincia de Nínive o en la región kurda de Iraq.
La huida provocó cuellos de botella en los puntos de revisión mientras la gente trataba de ponerse a salvo en la cercana ciudad de Erbil.
A pesar de su tamaño —la ciudad predominantemente sunita tiene alrededor de 1 millón 600,000 habitantes—, el colapso de Mosul ocurrió rápidamente. Tras una semana de enfrentamientos, cientos de combatientes islamistas radicales de un grupo derivado de al Qaeda llegaron desde el oeste la madrugada del martes.
Las fuerzas del gobierno iraquí, a las que Estados Unidos entrenó, huyeron del ataque de los combatientes que se cree que provienen del Estado Islámico de Iraq y Siria, un grupo derivado de al Qaeda al que también se conoce como ISIS e ISIL. Los militantes ahora controlan gran parte (si no es que toda) la ciudad.
El primer ministro de Iraq, Nuri al Maliki, ordenó el miércoles que se sometiera a corte marcial a todos los líderes militares que huyeron.
Los radicales fuertemente armados tomaron las estaciones de policía, liberaron a más de 1,000 prisioneros de la prisión local y capturaron el aeropuerto internacional de la ciudad.
Por otro lado, integrantes de las Fuerzas Especiales de Turquía, trabajadores del consulado y tres menores de edad estaban entre las personas detenidas y llevados a las oficinas centrales de ISIS tras un ataque al Consultado turco en Mosul este miércoles por la mañana, le dijeron funcionarios turcos a CNN.
"La condición de los ciudadanos turcos es buena, los hechos están siendo monitoreados", informaron los funcionarios. "Es una situación muy frágil, pero esperamos que la resolvamos hoy o en un par de días", dijeron.
Más ataques
Un día después del ataque sobre Mosul, militantes de ISIS tomaron el control de la mayor parte de la ciudad de Tikrit, capital de la provincia de Salahedín, de acuerdo con testigos en la ciudad y policías en la vecina Samarra.
Dos estaciones de policía y una base militar fueron tomadas por los militantes en esa ciudad, en la que nació Saddam Hussein.
Además, varias docenas de presuntos militantes de ISIS tomaron el miércoles algunas partes de Baiji, otra pequeña ciudad de la provincia de Salahedín, localizada a unos 200 kilómetros al norte de Bagdad, según declararon agentes de la policía a CNN.
La refinería de Baiji —la más grande de Iraq— sigue bajo control de las fuerzas de seguridad iraquíes, señalaron los agentes.
Las fuerzas de ISIS tratan de tomar la ciudad, lo que preocupa al sector petrolero en Iraq pero también indica que tienen un objetivo estratégico más amplio.
Baiji se encuentra en la principal autopista que va de Bagdad hacia el norte, hacia Mosul. Pasa por zonas rurales en las que ISIS tiene gran influencia.
Para que el gobierno envíe refuerzos a sus tropas en Mosul, es necesario pasar por Baiji.
Si ISIS controla la ciudad o al menos puede llevar a cabo una ofensiva en la autopista, será mucho más difícil que el gobierno envíe esos refuerzos.
El descontento incita a la violencia
Al Maliki hizo el martes un llamado al Parlamento a que declaren el estado de emergencia y pidió voluntarios que tomaran las armas para reforzar al Ejército. También pidió ayuda a la comunidad internacional.
Sin embargo, el problema subyacente es la división sectaria cada vez más profunda.
La minoría sunita del país, que prosperó durante el mandato de Hussein, siente que la mayoría chiita del gobierno de al Maliki los excluye.
El descontento acrecienta las tensiones sectarias que se expresan a través de bombazos y ataques suicidas a diario.
El sábado hubo seis explosiones de bombas callejeras tan solo en Bagdad: según los reportes, murieron 33 personas y 72 resultaron heridas.
El devastador avance de ISIS, que ha cobrado impulso desde hace tiempo, fue una lección práctica sobre todo lo que está mal en Iraq y en la región… además de que la guerra civil que no cesa en Siria aviva la llama de las tensiones sectarias en Iraq.
ISIS se está aprovechando de esto para extender su influencia en ciudades como Falluyah y partes de Ramadi (que arrebató al gobierno en Anbar a principios de este año) y en ciudades de Siria, como Raqqa, a las que controla desde el otro lado de la frontera.
Un agente de los servicios estadounidenses de contraterrorismo dijo a CNN que ISIS ha estado activo en la provincia de Nínive "desde hace mucho tiempo y queda claro que creyeron que Mosul era vulnerable ahora, tras los ataques esporádicos de principios de este año".
"Estratégicamente, el grupo considera que Siria e Iraq son campos de batalla intercambiables; su capacidad para mover recursos y personal a través de la frontera ha fortalecido considerablemente su posición en ambos escenarios".
El agente agregó que a pesar de los avances territoriales que ISIS ha logrado en las provincias de Anbar (bajo el dominio de los sunitas) y Nínive, aún tiene "debilidades importantes".
"Ha demostrado que tiene poca capacidad para gobernar eficazmente, generalmente es impopular y no tiene influencia fuera de la comunidad sunita en Iraq ni en Siria".
Demasiado radical para al Qaeda
Entre más sunitas se sientan abandonados por su gobierno —bajo el dominio de los chiitas—, más difícil será un acercamiento político y por lo tanto, la paz.
ISIS está explotando esta debilidad. Se considera que es demasiado radical, incluso para al Qaeda; en los últimos meses sobrevivió y emergió de una ofensiva yihadista que nació en las filas de sus antiguos aliados radicales islamistas de la guerra civil en Siria.
El que sea capaz de combatir contra las fuerzas del presidente de Siria, Bachar al Asad, por un lado, con los demás radicales por el otro y además de todo con el gobierno de Iraq —en donde ha ganado batallas importantes y se ha apoderado de grandes cargamentos de armas— indica el grado de consolidación que ISIS ha logrado en la región.
Según Naciones Unidas, el año pasado fue el más violento en los últimos cinco en Iraq: murieron más de 8,800 personas, la mayoría civiles.
Este año ha habido casi medio millón de desplazados en la provincia central de Anbar.
Habilidades de combate
ISIS se desprendió de al Qaeda en Iraq. En el oeste de Iraq, sus militantes mataron e hirieron a muchos soldados estadounidenses. En 2006, su comandante —el sanguinario Abu Musab al Zarqawi— murió en un ataque estadounidense.
En los años siguientes, las milicias tribales iraquíes pusieron a la defensiva al naciente grupo con la ayuda de Estados Unidos. Pero cuando las tropas estadounidenses se retiraron, los militantes extremistas regresaron, encontraron una nueva dirigencia, fueron a Siria, se fortalecieron y regresaron a Iraq, en donde tuvieron triunfos militares usualmente gracias a los combatientes extranjeros que se sintieron atraídos por el conflicto en Siria.
Llegaron a la guerra civil en Siria mejor equipados y entrenados que la mayoría de los yihadistas ya que adquirieron experiencia en los combates en Iraq.
Aprovecharon su ventaja y trazaron un rumbo acorde con la visión de un califato regional.
Mosul no solo ha ayudado a llenar sus arcas de guerra, sino que los ha transformado en el grupo radical desestabilizador más peligroso de la región, cosa que al parecer el gobierno iraquí no está preparado para afrontar.