Un exmiembro de las SS nazis acusado de complicidad en 300 mil asesinatos en el campo de exterminio de Auschwitz reconoció ayer su "culpa moral" y mostró su arrepentimiento a las víctimas y sobrevivientes al comenzar a ser juzgado en Alemania.
Para mí es indiscutible que "moralmente fui cómplice", señaló Oskar Gröning, de 93 años, en la primera jornada del que podría ser uno de los últimos grandes juicios a criminales de guerra nazis. "Ustedes deberán resolver la cuestión de la culpa penal", dijo a los jueces de la corte de Lüneburg, norte de Alemania.
Gröning admitió haber tenido conocimiento a su llegada al campo de Auschwitz en 1942 de que los judíos estaban siendo asesinados en cámaras de gas. Luego se dirigió a sobrevivientes presentes en el juicio, para asegurarles que se arrepentía de su actuación.
La fiscalía de Hannover acusa a Gröning de haber trabajado en la plataforma ferroviaria a la que llegaban trenes cargados de presos a Auschwitz.
Su papel era eliminar el equipaje que dejaban los presos, registrar su contenido, separar el dinero y enviarlo a la central de las SS en Berlín, según la acusación, lo que le valió el apodo de "el contador de Auschwitz".
En su declaración de casi una hora, Gröning describió imágenes del horror que presenció en Auschwitz. Recordó que en una ocasión oyó cómo se apagaban lentamente los gritos de las víctimas en una cámara de gas. O cómo un miembro de las SS mató a un bebé golpeándolo contra un camión.