El novio, un hombre canoso que se acerca a los 50 años, era un mando de la temida policía chechena. La novia, de 17 años, era una joven hermosa y tímida que según los medios estaba desolada por la idea de casarse con un hombre que le triplicaba la edad.
Muchos rusos expresaron su repulsa por la boda, lo que causó una tormenta mediática y puso a la defensiva al líder checheno Ramzan Kadyrov, un estrecho aliado del presidente ruso, Vladimir Putin.
La boda se celebró de todas formas el fin de semana. Pálida y con voz apenas audible, la novia aceptó casarse con Nazhud Guchigov, que según los medios la tomaba como segunda esposa como permite la ley islámica, pero no la rusa.
El jefe de gabinete de Kadyrov hizo de padrino, sosteniendo a la novia por el codo para controlarla en cada paso, y el propio Kadyrov bailó una danza popular en la celebración.
El escándalo se ha producido en medio de un tira y afloja entre Kadyrov y las autoridades federales rusas, que escaló tras el asesinato del carismático líder opositor ruso Boris Nemtsov. La actitud desafiante de Kadyrov al proteger a los sospechosos chechenos del asesinato ha agravado las viejas tensiones entre él y las agencias de seguridad rusas. Eso es un dolor de cabeza para Putin, que se encuentra con la delicada tarea de moderar el conflicto para evitar que la región se desestabilice.