Debajo de la pirámide de Kukulkan, en Chichén Itzá, fue encontrado un cenote, lo que ofrece a los expertos nuevas pistas sobre el valor simbólico de estas ruinas pertenecientes a la cultura maya.
Un equipo de científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) dio a conocer el jueves el hallazgo, logrado gracias a la información del subsuelo que ofreció una nueva tecnología desarrollada por los universitarios que utilizó 96 electrodos colocados en el perímetro de la pirámide para escanear el subsuelo.
Así vieron que había un cuerpo de agua de unos 25 por 30 metros y a una profundidad de 20 metros debajo de la pirámide, todo un "impacto", dijo René Chávez, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM.
Una parte de piedra caliza rodea la masa de agua por arriba y por debajo en la una cavidad que podía ver sido más pequeña en la antigüedad y haber crecido por la erosión, según los científicos. La pirámide se levanta en una esquina de esta especie de cámara subterránea con lo que no hay peligro de que colapse.
Chávez recordó que los mayas sabían de la existencia de los cenotes, ríos subterráneos con aperturas a la superficie que tenían muchas veces un carácter ceremonial, pero no se explica cómo construyeron ahí la pirámide, también conocida como El Castillo.
"¿Cómo diablos se les ocurrió construir semejante belleza de estructura encima de esa cosa?", se preguntó el geofísico.