El reino animal siempre tiene maneras de sorprendernos y de mostrarnos como la evolución permite la sobrevivencia de cualquier especie sin la intervención del ser humano.
Su habilidad para reflejar la luz azul, para reemitirla en colores como rojo, naranja y verde, en el cual el animal produce su propia luz a través de reacciones químicas o de bacterias huéspedes.
Una tortuga bio-fluorescente ha sido encontrada por el científico David Gruber de la Universidad de Nueva York, en las Islas Salomón, en Melanesia.
Las imágenes de esta tortuga, están publicadas en el portal de National Geographic (NG).