Refiriéndome a los resultados electorales en el Estado de Guerrero del día de ayer, domingo 30, la semana pasada escribí: "¿Quién ganará? No lo sé. Pero, si me pregunta, creo que el año va a empezar mal para la democracia y para el PRI; con 5 puntos y con el auxilio del lado oscuro del fuerza, Ángel Aguirre se alzará como triunfador indiscutible frente a un Manuel Añorve que, a su vez, hará cuanto esté en su mano (o en sus bolsillos) para ganar; a diferencia de Oaxaca, la trifulca terminará en los tribunales; y usted y yo querido lector, afable lectora, cerrando los ojos los miraremos pasar". Los hechos escuetos son que Ángel Aguirre sí ganó, pero por más de 12 puntos, según Consulta Mitofsky y el PRI sí impugnará los resultados.
También en los hechos, resulta que ésa es la triste constatación de que soy mejor pronosticando los resultados del futbol que los electorales. Definitivamente, traigo la brújula extraviada.
Y hablando de brújulas extraviadas, desde que llegué a esta bendita tierra donde vieron la primera luz éstos mis ojos (pestañudos y vivaces), no han parado de formularme la siguiente pregunta: ¿Quién va a ganar la interna del PAN para la dirigencia estatal? Mire usted, lector, lectora, la interrogante, pero sobre todo su respuesta, me recuerda un chascarrillo que narro a continuación:
También con la brújula perdida, un crucero que navegaba por la mar océano naufragó cerca de un archipiélago; los sobrevivientes se agruparon según su nacionalidad y ocurrió que en cada una de las diez islas desiertas se acomodaron otros tantos grupos de personas conforme a lo siguiente: En la primera isla, 2 italianos y una italiana; en la segunda, 2 franceses y una francesa; en la tercera, 2 alemanes y una alemana; en la cuarta, 2 griegos y una griega; en la quinta, 2 ingleses y una inglesa; en la sexta, 2 australianos y una australiana; en la séptima, 2 argentinos y una argentina; en la octava, 2 japoneses y una japonesa; en la novena, 2 irlandeses y una irlandesa; y en la décima, 2 mexicanos y una mexicana.
Semanas después, las cosas estaban así:
En la primera isla, el italiano mató al otro para quedarse con la italiana;
En la segunda, los 2 franceses viven felices con la francesa en un "menage a trois" de pocas trancas;
En la tercera, los alemanes hicieron una programación semanal para compartir el lecho con la alemana;
En la cuarta, los griegos duermen juntos mientras la griega les hace la limpieza y les cocina;
En la quinta, los 2 ingleses están esperando que alguien les presente a la compatriota;
En la sexta, los australianos arrojaron a la australiana a los tiburones y declararon la isla "Paraíso Gay";
En la séptima, los 2 argentinos a cada rato se pelean por ser el Presidente de la isla, si uno lo consigue el otro pasa a ser de inmediato el líder de la oposición y viceversa, en tanto la argentina, en un ataque de histeria perpetuo, se la pasa gritando a los cuatro vientos que ella es capaz de hacer todo lo que ellos hacen y hacerlo mejor, que ellos no piensen en tocarle ni un pelo, que son poca cosa y que va a esperar a que naufrague un hombre mejor que la lleve a otra isla donde la respeten como mujer y la valoren;
En la octava, los japoneses y la japonesa crearon un grupo de trabajo interdisciplinario basado en respeto mutuo, inventaron un fax con las hojas de palmeras y cocos, enviaron un mensaje a Tokio y aún se encuentran en espera de instrucciones;
En la novena, los irlandeses dividieron la isla en norte y sur, cada uno puso una destilerí¬a y después de unos litros de licor ya no recuerdan si han estado o no con la irlandesa, empero, lo verdaderamente importante para ambos es que los ingleses no estén ahí¬; y
En la décima, los 2 mexicanos duermen hasta el mediodía, se hicieron compadres, se pusieron apodos, se ponen hasta las manitas con licor de coco todos los días, la mujer se los merienda cuándo y cómo ella quiere y cada uno de los 2 tarugos piensa que la mexicana sólo se acuesta con él.
Bueno, pues en el caso del PAN local, resulta que por lo menos dos de los contendientes, Miguel Jurado y Mario Vázquez, están como los mexicanos del chiste, los dos juran y perjuran que el Presidente del CDE, Cruz Pérez Cuéllar, los va a favorecer con el dedazo oficial en sus aspiraciones. Ése no es el problema, en lo absoluto; lo triste del caso es que los dos se lo creen; como si no lo conocieran; no más falta ver a quién se va a merendar.
Eso sí, que conste, yo no sé si los interfectos echan trago juntos o se levantan al mediodía -no lo creo pues los dos tienen fama de trabajadores infatigables-, y para el caso, tampoco sé si se hicieron compadres o ya se pusieron apodos, pero de que uno de ellos -o los dos- le va a servir de botana a Crucito, eso que ni qué. Espérese a marzo para darme la razón.
Luis Villegas Montes.