"La amarilla no juega más" dijo Carlos Maglio a su cuarto oficial luego de hartarse del juego brusco con el que Estudiantes y Gimnasia estaban disputando un clásico de La Plata en pretemporada. La decisión de Maglio vino a 12 minutos del final, cuando ambos equipos ya tenían cuatro amarillas por bando y el juez central consideró que la única manera de calmar los ánimos era pitar sólo con la roja.